la cabeza no puede estar muy pegada a la pared, pues no podríamos ver los cantos a los que agarrarnos
atentos al tacto que nos mostrará la adherencia del canto elegido.
1. Desde la posición en la que nos encontramos con la mirada vemos adónde queremos dirigir el cuerpo y buscamos un apoyo para un pie (se utilizan los pies para movernos por la pared, no las manos).
2. Colocar el pie en el apoyo y analizamos la información: comprobamos que es sólido, que el pie se adapta y que tenemos equilibrio. Buscamos nuevas presas para decidir el siguiente movimiento.
3. Cambiar el pie suavemente al nuevo punto de apoyo con ayuda de las manos. Necesitamos velocidad y precisión en la realización de los movimientos para evitar el agotamiento, el cuerpo no puede estar muy tenso; por lo tanto la primera parte de cada movimiento la realizamos de forma explosiva.
4. Cogemos los cantos con la mínima fuerza posible para quedarnos en ellos comprobando que tenemos equilibrio. Utilizamos todo el cuerpo para escalar, buscamos diferentes posturas, no sólo frontalmente y pegado a la pared.
4. Cogemos los cantos con la mínima fuerza posible para quedarnos en ellos comprobando que tenemos equilibrio. Utilizamos todo el cuerpo para escalar, buscamos diferentes posturas, no sólo frontalmente y pegado a la pared.
6. Buscamos de nuevo apoyo para el pie.
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